miércoles, 29 de noviembre de 2006

Noticias sobre la primera desamortización de la edad moderna

La iglesia leonesa en 1540 se encuentra con el acuerdo entre Carlos V y el Papado por el que se permite la enajenación de los señoríos eclesiásticos, lo que posteriormente se conocerá como desamortización en el siglo XIX. El término “desamortización” no es apropiado para este momento histórico ya que en este caso no se busca un rescate de las fincas del régimen de manos muertas para incorporarla al libre mercado, ni tampoco tenía el fin fiscalizador. En este siglo lo que se perseguía con esta enajenación de propiedades es la cesión para el otorgamiento a la clase burguesa de una serie de derechos jurídicos y económicos, a cambio de que la corona obtenga beneficios por esas compras.


De este modo la Iglesia inicia un proceso de perdida de derechos señoriales, pero no iba a perder sus derechos sobre la tierra, ya que lo que se van a producir son arrendamientos o foros, lo que podríamos denominar relaciones contractuales y no señoriales.


Los señoríos solariegos, por ejemplo, debían pagar diezmos como tributos ya fueran en dinero o especies como trigo, centeno, cebada,... además de una serie de prestaciones personales como la realización de transportes a favor del dueño en los carros particulares, trabajos en tierras del propietario, prestación del terreno para pasto de ganado,...


Pese a esta modificación administrativa el poder eclesiástico en este siglo sigue siendo de primer orden y en el día a día apenas se perciben estos cambios.


DIEGO FIDALGO

martes, 28 de noviembre de 2006

Apuntes sobre los poderes fácticos de la ciudad de León en el ámbito religioso. La justicia del siglo XVI

Las instituciones religiosas leonesas en el inicio de la edad moderna estaban constituidas por diferentes organizaciones con poderes y caracteres muy distintos entre sí. Lo religioso ocupaba gran parte de la sociedad de la época demostrando un gran poder político, social y económico.


La variedad tipológica de las instituciones eclesiásticas en este momento de la historia iba desde las parroquias, pasando por abadías, conventos, monasterios,... hasta llegar a las instituciones con más poder como eran la diócesis y el cabildo catedralicio.


El cabildo catedralicio fue sin lugar a dudas una de las instituciones más complejas de la iglesia en este momento, al estar constituido por innumerables cargos de diferente escalafón jerárquico, gestionar su propia caja de caudales con diferentes dotaciones, así como el cuidado y la gestión de las canonjías, beneficios, capellanías, raciones y medias raciones. Pero además de estas diferencias internas, debemos de hablar de otro tipo de diferencias, las existentes entre los diferentes cabildos ya que hay una gran variedad de dignidades entre los cabildos, diferencias que se pueden apreciar en los cabildosl de Granada, Palencia o León.


Otro dato que se debe tener en cuenta es el poder que se ejercía desde los diferentes cabildos, ya que en algunos casos nos encontramos el poder señorial del obispo presente por encima del poder capitular como ocurre en el caso palentino y en otros casos, como en León, donde podemos ver el enfrentamiento continuo que se efectúa entre el obispo y el cabildo por ejercer jurisdicción y mantener poder sobre diferentes lugares.


A parte de los poderes eclesiásticos nos vamos a encontrar en la ciudad de León con otra serie de poderes mayoritariamente civiles, así podemos ver al ayuntamiento o concejo encargado de la gestión de la ciudad y la organización de diferentes actos,... además de la ostentación de la representación leonesa en cortes,... Pero no sólo existe un poder local, sino que hay un poder regio representado por el adelantado de la ciudad.


Judicialmente nos encontramos con dos tipos de justicia: la religiosa y la laica.
La justicia religiosa estaba supeditada a la laica, en los casos de extrema gravedad o en los casos de sangre y en la apelación de sentencias. La justicia religiosa se aplicaba a delitos y enjuiciamientos menores. El grado más importante de la justicia religiosa es el de la Inquisición, con un funcionamiento interno complejo. La justicia laica contaba con la Audiencia de la ciudad y del Adelantado que ejercía su función en cuestiones menores, mientras que para cuestiones de mayor calado y casi siempre en grado de apelación o en delitos de sangre se encontraba la Real Chancillería de Valladolid encargada de la justicia civil y criminal, este organo jurídico era el máximo tribunal teniendo gran prestigio, sólo la monarquía podía desautorizar las decisiones de este tribunal de justicia.


De este modo, nos vamos a encontrar desde el punto de vista capitular con una serie de pleitos que vamos a catalogar en función de los oponentes en los citados pleitos. Así pues, nos encontramos con:


Pleítos contra otras ordenes religiosas.


Pleítos contra el obispo de la diócesis.


Pleítos contra el poder real.


Pleítos contra el corregimiento.


Pleítos contra poblaciones.


Pleítos contra individuos particulares.


DIEGO FIDALGO

lunes, 27 de noviembre de 2006

La iglesia leonesa siguió ejerciendo el poder real sobre la diócesis en el siglo XVI

La situación en la que se encontraban las instituciones eclesiásticas en el siglo XVI en comparación con el resto de instituciones que ejercían poder en esta época en el ámbito diocesano leonés tiene diferentes lecturas. Según recoge Valentina Fernández Vargas en la revista Tierras de León, las abadías controlaban a cerca de 111 pueblos, mientras que los monasterios siete pueblos y medio, además 68 concejos dependían de obispados y monasterios no leoneses. Por lo que el dominio a comienzos del siglo XVI de la sociedad leonesa estaba en manos de los poderes eclesiasticos en al menos 151 pueblos de un total de 2.300. Entre los señores eclesiasticos más destacados estubo el abadengo de Torio que tenía a su cargo a 13 pueblos o la abadía de Arbás que mantenía jurisdicción sobre 10 poblaciones. La tiplogía de posesión de jurisdición fue muy amplia destacando curiosidades como el abandego de Torio que tenía su jurisdicción repartida entre el convento de San Isidoro y la Catedral de León.

Otras instituciones eclesiasticas estudiadas por Fernández de Vargas ejercieron jurisdicción sobre pueblos leoneses como la Orden de Santiago que sometía jurisdicción sobre 9 pueblos de la provincia leonesa (5 ejerciendo directamente el convento de San Marcos y las otras 4 sobre la orden). El convento de San Isidoro ejerció jurisdicción sobre 7 pueblos directamente además de los 13 compartidos en el Abadengo de Torio y la Orden de San Cosme. También el monasterio de San Claudio tuvo jurisdicción sobre cuatro pueblos. Algunas propiedades cambiaron de manos jurisdiccionales en el año 1553, algunas poblaciones rescataron su propia jurisdicción pasando a manos seglares como el Valle del Torio con Garrafe, Manzaneda, San Feliz y Valderranillas. Fueron casos muy puntuales.

Pero la realidad pese a este primer análisis realizado a bote pronto por la investigadora Fernández Vargas, podría ser otra muy distinta, porque la no dominación de las poblaciones directamente a través de jurisdicción no implicaba que el poder religioso no ejerciera un poder de facto sobre grandes posesiones o incluso sobre la población de diferentes localidades, así pues, en las actas capitulares del cabildo catedralicio leonés de este siglo XVI nos hemos encontrado con innumerables posesiones en distintas zonas del área de influencia de la ciudad de León.

En estas Actas Capitulares se recogen todo tipo de derechos y beneficios que obtenía el cabildo catedralicio leonés por la cesión en usufructo de tierras o por los impuestos (diezmos, fueros, cargas,...) que debían pagar diferentes poblaciones sometidas al poder capitular. Recordemos que en este momento histórico estaba perfectamente separado el pecunio episcopal y capitular. Por lo que al excepcional poder capitular debemos de reseñar el episcopal.

Otro dato relevante es que en el siglo XVI nos encontramos con escasos señorios de realengo ejerciendo el poder jurisdiccional, todo lo contrario que ocurre con el señorío eclesiástico que abunda de una u otra forma en el territorio leonés. Sin duda, por lo que marcan algunos estudios bercianos, el cabildo y la iglesia maragata, diócesis a la que pertenece aquella zona es una de las más influenciadas por el señorío eclesiástico en esta época. Mucho más que el territorio de la diocesis leonesa que mantenía desde nuestro punto de vista un poder sobre el territorio pero no tan excelso como en aquellos lugares.

En definitiva, nos atrevemos a afirmar sin miedo a equivocarnos que el poder ejercido por las instituciones eclesiásticas fue muy superior al poder ejercido por los señores seglares y la nobleza de la época, recordemos que el siglo XVI fue el declive de los Guzmanes tras la batalla comunera y sin duda el poder obtenido por Quiñones u Osorio no fue tan brillante como el eclesiástico.


DIEGO FIDALGO



_______________________
www.saberes.org REVISTA TIERRAS DE LEÓN Nº 40; FERNÁNDEZ VARGAS, V. El señorío eclesiástico leonés y su importancia en la economía de la zona en la Edad Moderna"

viernes, 24 de noviembre de 2006

La inspiración de todo lo que tiene un inicio y no sabemos cuando morirá.

La cultura entendida como la adquisición de “saberes”, nos permite ampliar el horizonte tradicional del término. La libertad entendida como una forma de entender la vida sin tener que responder por tus acciones, siempre que no dañes a otro individuo, te hace más humano. Lo leonés entendido como el adjetivo que califica todo lo que se refiere a una tierra, obviando los “ismos” que manchan un precioso nombre, nos invita a soñar. Unidos estos tres vocablos definimos perfectamente lo que pretendemos con este sello (CLL) Cultura Libre Leonesa.
La propiedad intelectual “©” en una sociedad que camina a través de Internet hacia la globalización y el intercambio de conocimientos, cada instante que transcurre, tiene menos sentido. La evolución del ser humano se ha logrado desde el principio de los tiempos compartiendo los avances logrados y este no es el momento más indicado para detenernos en ese transcurrir del tiempo.
La cultura como la sociedad evoluciona..., ¿pero con la misma libertad que lo hace la sociedad?. Vivimos en un tiempo, donde el poder no esta en la inteligencia sino en el dinero, donde los que nos dirigen no están para aprender y mejorar nuestra vida, sino para enriquecerse cada vez más. Dónde el termino social ha dejado de tener un matiz humano para pasar a ser algo inherente a un vocablo vacío y diáfano de todo aquel que se etiqueta como político. Lo que hoy llamamos cultura, ¿tiene algo que ver con la CULTURA de nuestros antepasados? O es que la sociedad y el poder han influido del mismo modo en la sociedad que en la cultura, y el agua cristalina no refleja a los grandes genios sino los que mejor se venden. El marketing, sinónimo en muchas ocasiones de peloteo, ¿debemos entenderlo como un arte para integrarlo en la CULTURA?.
León. ¿Como definir toda una tierra en pocas líneas...?, mi tierra es parte de esa sociedad y de esa cultura en la que vivimos, no creo que pueda salvar muchas almas de este infierno. Pero... Internet ha abierto una nueva sociedad donde los que la formamos podemos hacer que nuestra tierra este gobernada por los mejores gobernantes: nosotros mismos. Seremos los que nos impongamos nuestras reglas siempre que cada uno sea capaz de no romper la regla más básica del ser humano: “No hacer daño a otro ser humano”.
Aquí en mi “Nuevo León” puedo ser libre para pensar, escribir, dibujar, expresar todo lo que muchas veces la sociedad me constriñe. Todos aquí somos iguales, el poder lo tiene la mente y no el dinero, las leyes mundanas dejan de tener su peso en este otro León. Sólo la mente y la destreza de cada uno de los ciudadanos que formamos este territorio podemos reconquistar el tiempo gastado inutilmente, las batallas perdidas y soñar con un mundo mejor.
Este Nuevo León cibernético tiene muchas ventanas en las que asomarse y hoy ha nacido una nueva, que con el paso del tiempo pretende hacerse puerta, para posteriormente ser balcón y llegar a convertirse en el arco iris más grande, donde todo aquel que no haya encontrado su sitio, tenga aquí una nueva oportunidad para decir, contar, pintar o cantar lo que quiera.
León y lo leonés, junto con la cultura serán a partir de este momento los temas que inunden las páginas de este lugar de encuentro, el de todo aquel que quiera rescatar un trocito de historia, antropología, literatura, tradición o saber leonés.
Esta es la casa de todos y el lugar del que todos podremos aprender.

Diego Fidalgo